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El País de El Quijote, una Ruta de Ensueño, plantea un itinerario por los cuatro municipios: Alcázar de San Juan, Argamasilla de Alba, Campo de Criptana y El Toboso, situados en el corazón de la llanura manchega y donde aún se encuentra el alma del libro creado por Cervantes.
Mares de tierras y viñedos, una gastronomía que ha sabido aunar la calidad y tradición, bodegas con vinos que muestran lo mejor de nuestro territorio y un patrimonio que habla del paso de numerosos pueblos: la Edad del Bronce y sus motillas; los romanos , con sus construcciones y mosaicos; las órdenes militares con sus iglesias y fortalezas; nuestro Siglo de Oro, espléndido en arte y literatura…Pueblos todos ellos que nos han dejado una herencia mantenida y enriquecida con nuevas manifestaciones , hasta nuestros días.
Una tierra que aún conserva la autenticidad de sus pueblos en un horizonte infinito salpicado de molinos y torres.
En su Iglesia Santa María la Mayor se conserva y puede verse la partida de bautismo a nombre de Miguel de Cervantes Saavedra. En uno de sus márgenes encontramos manuscrito “este fue el autor de la Historia de don Quixote”, palabras que firmaría don Blas Nasarre en 1748, bibliotecario real, al encontrar la partida de bautismo con el nombre del creador del personaje manchego.
El Museo del Hidalgo, ubicado en la antigua Casa del Gobernador de la Real Fábrica o Casa del Rey, en el que se cuenta quienes eran los hidalgos , ese personaje tan bien representado por Don Quijote y tan fundamental en La Mancha .
El Museo Formma, muestra de la ancestral Alfarería manchega; el Conjunto Palacial, testigo de la edad media y el papel de las Ordenes Militares, o los Molinos de Viento del Cerro de San Antón son otros de los atractivos de Alcázar de San Juan.
Argamasilla de Alba el “lugar de la Mancha”, donde podemos conocer el lugar en el que Cervantes concibió durante su prisión un personaje universal que coloco La Mancha en el mundo: La Cueva de Medrano. Los primeros comentaristas del libro y los biógrafos del autor afirman que es en esta cueva donde se escribieron los primeros capítulos del Quijote, lugar que aún guarda en el interior de la cueva las características de la arquitectura tradicional manchega, y que se ha convertido en un referente para los amantes de la literatura del Siglo de Oro.
También en Argamasilla de Alba se puede visitar la Rebotica de los Académicos, donde se reuniera Azorín con varios académicos ilustres de Argamasilla .
El Castillo de Peñarroya, la Iglesia de San Juan Bautista o el Pósito de la Tercia son otras de las visitas obligadas en esta localidad que sirve como puerta de acceso al parque natural de las Lagunas de Ruidera, un paraje que esconde uno de los grandes humedales de la geografía española.
Si hay un pasaje de El Quijote famoso y reconocible por todos, ese es sin duda el de La Batalla con los Molinos de viento. En Campo de Criptana en lo más alto del municipio, aun nos contemplan los molinos que inspiraron a Miguel de Cervantes para narrar su aventura.
Encontrarse frente a frente con el horizonte salpicado de gigantes, nos sitúa en el lugar del hidalgo manchego enfrentándose a tamaña tarea. Si además se tiene el privilegio de disfrutar de una molienda, el primer domingo de cada mes, tal y como se hacía en la época, la impresión es doble.
Interesante pasar también por el Pósito Real, el antiguo banco para dar préstamos en especie a los agricultores en las épocas de carestía y convertido actualmente en sala d exposiciones.
La imagen de la sierra y el barrio del Albaicín de Campo de Criptana, completan esta imagen de lo más auténtico de La Mancha, incluidas las puestas de sol por las que es famosa nuestra tierra.
El Toboso, la patria del amor universal, el hogar de Dulcinea, es el lugar donde seguir las huellas del amor de don Quijote por su doncella, una historia que aún sigue conmoviéndonos por la entrega y abnegación a su amada.
En las calles y plazas de El Toboso encontramos frases esculpidas en las paredes, nos dan fe del capítulo IX de la segunda parte del libro, en el que se narra la visita de Don Quijote y Sancho a El Toboso en busca de Dulcinea.
El Museo Casa de Dulcinea, que perteneció a Dña. Ana Martínez Zarco de Morales, a la que Cervantes inmortalizó como Dulcinea (Dulce Ana), mantiene parte de su estructura del S.XVI y es un ejemplo típico de las casas de hidalgos y ricos labradores manchegos de entonces.
Varios museos, como el Cervantino o el de Humor Gráfico “Dulcinea”, así como el conjunto de iglesias y conventos, conforman uno de los lugares de referencia de El Quijote, el único que esconde el secreto de una de las historias de amor más célebres del mundo.
¿Quieres conservar un recuerdo singular de tu visita a País del Quijote? ¿Quieres un título que acredite tu presencia? Visita los cuatro municipios y sella tu ruta en las oficinas de turismo, tras lo que te entregaremos tu título de “Caballero Andante” o “Dulcinea” firmado por el autor de la obra que inmortalizó y dio fama mundial a esta Tierra.
